Título: La Titanomaquia.
Autor: Eduardo García.
Año: 2020.
Capítulo: "Apolo y Artemisa".
Capítulo anterior: "El nacimiento de Atenea".
CAPÍTULO IX
"APOLO Y ARTEMISA"
Hera estaba furiosa, su esposo le había sido infiel con la diosa Leto, no conforme con eso, estaba embarazada, lo que no hizo más que incrementar la rabia que la invadía, así que, para vengarse de su rival, Hera ordenó que ninguna parte de tierra firme le diera abrigo a Leto cuando a ésta se le llegara el tiempo de dar a luz a su hijo bastardo, así pues, cuando la diosa sintió los primeros dolores del parto, bajó del Olimpo para dar a luz, pero, debido a la orden de Hera, Leto tuvo que deambular por el mundo, buscando un lugar para poder parir, Zeus ordenó a Poseidón que del fondo del mar emergiera una isla flotante que estaría agarrada del tridente del dios de los océanos, al no estar en tierra firme, Leto pudo dar a luz en aquella isla, Zeus la encadenó al fondo del mar para que ésta estuviera firme, así pues, Leto dio a luz al nuevo hijo de Zeus, pero, para su sorpresa, no era uno sino dos los hijos que había engendrado con el dios, primero nació Artemisa y después lo hizo Apolo.
No conforme con su primer castigo, Hera mandó a la bestia pitón a la isla de Delos en donde habían nacido los gemelos, a Leto no le quedó de otra más que tomar a sus hijos y huir de la temible bestia, los tres estuvieron vagando por todo el mundo, hasta que, Zeus le obsequió a sus hijos armas, éstos las tomaron y mostraron grandes habilidades para manejarlas, en especial Artemisa, a tal grado que fue considerada como la diosa de la caza, Apolo era un experto si de lanzar flechas se trataba.
Al tener las armas que su padre les había regalado, Apolo comenzó a buscar a la enorme bestia que tanto los había asustado en el pasado, su padre le indicó el lugar en el que se encontraba la serpiente pitón, el dios fue y la encontró en una cueva, era simplemente aterradora, tenía un tamaño colosal y su cuerpo estaba cubierto de gruesas y largas escamas, no sería fácil aniquilarla, Apolo le disparó sus flechas que eran las más fuertes y resistentes, las había fabricado su hermano Hefesto, la bestia se despertó e intentó atacar al dios, éste le lanzaba flechas pero era inútil, las escamas eran por demás resistentes y gruesas, después de esquivar las embestidas del reptil, disparó tres flechas a la vez, una se insertó en su pecho, que era el lugar donde las escamas eran más delgadas, otra en un ojo y, finalmente, la última le atravesó el hocico, la bestial serpiente cayó muerta a los pies del dios, triunfante, Apolo decretó que en aquel lugar sería construido en su honor, lo que fue conocido como El Oráculo de Delfos, el lugar al que recurrían los líderes mundiales para conocer lo que les preparaba el destino, uno de los lugares más importantes de la Antigua Grecia.
Por su parte, Artemisa sería una de las diosas más veneradas y conocidas de todo el Olimpo, es considerada como la diosa de la caza, los animales salvajes y la virginidad, además de ser reconocida por auxiliar a las mujeres en el momento del parto, en la isla de Delos se edificaron monumentales templos en honor a la diosa, al igual que al dios Apolo por haber nacido en aquella isla.
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