Título: La Titanomaquia.
Autor: Eduardo García.
Año: 2020.
Capítulo: "El nacimiento de Atenea".
Capítulo anterior: "El dios de las forjas".
CAPÍTULO VIII
"EL NACIMIENTO DE ATENEA"
Después de que Zeus engulló a su propia esposa, la titánide Metis para evitar que un hijo suyo lo traicionara y le arrebatara el trono tal como decía la profecía, el dios se enamoró y casó con la diosa Hera a quien embarazó, de esa unión nació Hefesto que ahora ya era tratado como un dios más en el Olimpo donde vivía con los demás dioses y su esposa, la bella diosa Afrodita, pero, su primera esposa estaba embarazada cuando la devoró, y llegó el momento del nacimiento del producto del romance entre dios y la titánide.
Zeus empezó a padecer de unos terribles dolores de cabeza, no sabía la razón de tales dolores, así que ordenó que alguien le abriese la cabeza para descubrir la causa de los dolores que no lo dejaban en paz, fue Hefesto el que tomó un hacha que él mismo había fabricado y le partió la frente a su padre en dos, tal acto le causó aún más dolores a Zeus que soltó un grito ensordecedor que hizo temblar el cielo y tierra.
De la herida en la frente de Zeus salió la diosa Atenea ya adulta, vestida y armada para la guerra, su padre, al mirarla, se sintió enormemente orgulloso de haber dado a luz, aparentemente por sí mismo a una divinidad como aquella que heredó la sabiduría de su madre, la titánide Tetis y la astucia y fuerza de su padre, el rey de los dioses, al tener tales dones, Atenea es considerada como la diosa de la sabiduría y la guerra, teniendo un rol de gran relevancia en el Olimpo.
Inmediatamente Atenea se convirtió en la sensación en el Olimpo, la diosa Hera hubiera muerto de envidia sino fuese inmortal, ella había querido que su hijo Hefesto tuviera las cualidades de la diosa que había salido de la cabeza de su marido, producto de un antiguo amorío, lo que hizo que su envidia y odio no hiciera más que incrementarse.
Comentarios
Publicar un comentario