Título: La Titanomaquia.
Autor: Eduardo García.
Año: 2020.
Capítulo: "Ese cisne es Zeus".
Capítulo anterior: "La diosa de las brujas".
Tienda: La Titanomaquia.
CAPÍTULO LIV
"ESE CISNE ES ZEUS"
Para nada es una sorpresa que el rey de los dioses olímpicos, el poderoso Zeus se vale de un sinfín de estrategias y artimañas para conseguir lo que quiere, en especial si eso es una bella muchacha, gracias a que devoró a la titánide Metis, su primera esposa, Zeus adquirió la habilidad de poder transformarse en todo tipo de cosas, animales, personas o inclusive en lluvia, todo con tal de conseguir unírseles.
En esta ocasión, Zeus se enamoró de una bella muchacha que vivía en una de las ciudades griegas más famosas de toda la historia, nos referimos a la ciudad de Esparta, conocida hasta nuestros días por sus legendarios guerreros, Leda era nada más ni nada menos que la reina de aquella ciudad, la protagonista de este mito.
Era bien conocido por toda la antigua Grecia que la reina de la ciudad de Esparta era toda belleza, pero, por muy hermosa que fuera, nadie se atrevía a faltarle el respeto pues, además de ser la soberana de una de las ciudades más temidas de todos los tiempos, era nieta nada más ni nada menos que del propio dios de la guerra, Ares, había motivos de sobra para no meterse con él, lo que detenía a todos los mortales, pero no así al que era inmortal y gobernante de todo cuanto existe, Zeus, a quien poco le importó que se tratase de su propia bisnieta.
Decidido, Zeus desciende de su residencia olímpica, no podría mostrársele a Leda con todo su esplendor divino, por lo que se vio obligado a cambiar de forma para poder acercársele, transformándose en un cisne común y corriente, nadie se hubiera imaginado de lo que se trataba, Leda, quien estaba cerca del río Eurotas que discurría por la ciudad de Esparta vio al animal, pero no le tomó importancia como probablemente cualquiera lo hubiera hecho.
Zeus montó un teatro en aquel lugar, simulando que estaba escapando de las garras de una feroz águila que lo acechaba para darle muerte, el cisne corrió buscando protección, Leda le brindó ayuda ahuyentando al águila que, supuestamente, quería asesinar al cisne, la reina comenzó a acariciar el blanco plumaje del animal jugueteando con él, sin darse cuenta de que Zeus había dejado su semilla divina en ella.
Después, Leda regresó a la ciudad y esa misma noche tuvo contacto con su esposo quedando preñada, tiempo después tuvo lugar un extraño acontecimiento, sin precedentes, la reina puso dos huevos de los cuales nacieron Helena y Castor, lo que haría morir del coraje a Hera si tan solo no fuera inmortal.
Pero, existen dos versiones de este extraño mito griego, el que acabamos de describir y otro más, se dice que la diosa de la venganza, Némesis, la misma que castigó al pobre Narciso fue la nueva víctima del insaciable apetito sexual de Zeus, quien acosaba de día y de noche a la bella diosa, intentando escapar, se convirtió en una oca para así confundirse entre el resto de los animales y que Zeus no le encontrase, pero no funcionó su plan, el dios, haciendo uso de su metamorfosis, se convirtió en un cisne, pudiendo violar así a Némesis.
La pobre diosa de la justicia y la venganza dio a luz a dos huevos en el bosque aledaño en el que Zeus la había violado, al nacer Helena y su hermano, fueron entregados por Némesis a la reina de la ciudad de Esparta, quien la crio como si de su propia hija se tratase, ambos mitos son igualmente aceptados, no se conoce a ciencia cierta cuál es el verdadero, puesto que son mitos, cualquiera de los dos podría ser cierto.
Comentarios
Publicar un comentario