Ir al contenido principal

La Titanomaquia | Capítulo XXXVI

 Título: La Titanomaquia.

Autor: Eduardo García.

Año: 2020.

Capítulo: "Muriendo de amor".

Capítulo anterior: "Nemesis".

Tienda: La Titanomaquia.

CAPÍTULO XXXVI

"MURIENDO DE AMOR"

Eco era una oréade, es decir, una ninfa propia de las montañas, su morada era el imponente monte Helicón, conocido por ser uno de los más altos de toda Grecia, en el, la ninfa recibió una completa educación, Eco era una erudita, conocía sobre absolutamente todos los temas, sus conversaciones eran exquisitas y ricas, podía durar horas platicando con total elocuencia.

Eco tenía un don sinigual para hablar, aunque se trataran de palabras ordinarias, si salían de su boca, parecían ser las más dulces y placenteras, un verdadero encanto al escucharla hablar.

La diosa Hera sospechaba que su esposo le estaba siendo infiel de nueva cuenta, desconfiando de las ninfas de aquella montaña, la realidad es que, Zeus sí estaba engañándola con ellas, cuando Hera estaba cerca de la montaña, se topó con Eco, la ninfa comenzó a platicarle durante horas, dándole tiempo  a Zeus para terminar y huir de regreso al Olimpo.

Al darse cuenta del engaño, la enfadada Hera castigó a la ninfa quitándole su elocuencia para hablar, solo podría repetir la última palabra que ésta haya escuchado.

Entristecida, Eco estuvo vagando por los bosques circundantes por algún tiempo, lamentándose por su castigo, mientras lo hacía, se encontró a un campesino de nombre Narciso, era realmente apuesto y fornido, al verlo, la ninfa no pudo hacer más que quedar perdidamente enamorada de él, quiso hablarle pero, no pudo, solo podía hablar para repetir la última palabra pronunciada.

Dio un paso en falso y una rama crujió y se quebró en dos, el joven Narciso volteó hacia donde estaba la ninfa, quien estaba escondida y dijo:

“¿Hay alguien ahí presente?”

“Presente”, contestó Eco.

“Ven”, dijo el extrañado Narciso.

“Ven”, contestó la ninfa.

“Juntémonos”, dijo Narciso.

“Juntémonos”, replicó Eco.

Eco salió de su escondite e intentó abrazar al hermoso Narciso, pero él la rechazó, para impedir que lo abrazara, la tomó de los hombros empujándola hacia atrás, se burló de ella y se fue.

A la pobre ninfa se le rompía el corazón en trozos más pequeños cada vez, nadie la había rechazado jamás, se sentía tremendamente humillada, siguió su travesía sin rumbo por el bosque que rodea al monte Helicón, tenía una gran pena, realmente amaba a Narciso, pero él era demasiado arrogante y engreído como para corresponderle.

Mientras vagaba, la ninfa suplicó a los dioses para que castigaran a Narciso con un amor no correspondido así como ella lo había sufrido con su enamorado, las súplicas llegaron hasta oídos de Némesis quien de inmediato dio solución.

Sin embargo, la pena de la ninfa no cesaba, se enflaqueció hasta los huesos, lo único que le sobrevivía era su dulce voz, aunque, no podía comunicarse con los demás, limitándose únicamente a repetir la última palabra pronunciada, el tormento de Eco no llegaba a su fin, pero ella sí lo hacía, ya no quedaban ni siquiera sus huesos, únicamente su voz que aún sigue repitiendo la última palabra pronunciada, cumpliendo con la maldición de Hera para toda la eternidad.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Anuncio.

  Por: Eduardo García. Gracias a un convenio alcanzado entre Libros Atlántida e HiperCentro, nuestros títulos estarán a tu disposición completamente gratis por un mes, mismo que servirá como prueba, si se obtienen buenos números, permanecerán gratuitos, de otra manera, continuarán vendiéndose en la tienda de Amazon. Los libros "La Titanomaquia", "Los Pilares de Heracles" y "Hércules" estarán disponibles de manera gratuita a través de este mismo blog, cada capítulo se habrá de publicar en distintos artículos de manera secuencial, mismos que incluirán anuncios para el sustento del sitio. Deseamos que esta alianza les sea provechosa a ustedes, lectores, y que disfruten de las obras que, con mucho esfuerzo, dedicación y placer, hemos redactado para ustedes. Redes sociales: HiperCentro en Twitter. Libros Atlántida en Twitter.

Los Pilares de Heracles | Capítulo III

    Título: Los Pilares de Heracles. Autor: Eduardo García. Año: 2020. Capítulo: "La caída de un imperio". Capítulo anterior: "El señor de los mares". Tienda:  Los Pilares de Heracles. CAPÍTULO TRES "LA CAÍDA DE UN IMPERIO" La Atlántida es parte de la mitología griega, por lo que, es bastante lógico que los antiguos griegos trataran de darle una explicación lógica a la catástrofe de los atlantes, pero, para ellos, la explicación que hoy llamamos lógica no era científica, sino mitológica, pues, en el pasado se creía que los desastres naturales eran provocados por la furia de los dioses con los hombres, por ello, se creó un mito para tratar de explicar por qué la Atlántida desapareció de un día para otro. Se sabe que la tierra atlante, donde los elefantes andaban libremente, según Platón, tenía un sistema bien organizado de gobierno, sus diez reyes solían reunirse cada cierto tiempo con el propósito de tomar decisiones de manera conjunta y beneficiarse así m...

La Ciudad de las Siete Colinas | Presentación.

La Ciudad del Vaticano es la sede mundial del catolicismo, una de las iglesias más antiguas y poderosas del mundo, sus tentáculos se extienden a campos tan alejados de la religión como lo son la política y la economía, su líder, el Papa es uno de los hombres más poderosos de la Tierra, el supuesto 'hombre más cercano a Dios' ha sido el protagonistas de las historias más escandalosas de la iglesia. A lo largo de la historia, más de doscientos cincuenta hombres han ocupado el trono de Pedro, los ha habido buenos, regulares, malos y, en un peldaño apartado, los nefastos, aquellos hombres que cometieron actos tan increíblemente perversos y oscuros mientras fueron los vicarios de Cristo, estas historias que, aunque son controvertidas, pero ciertas, te harán cuestionarte el rol que juega el Papa dentro de la fe de millones de personas alrededor del mundo. 'La Ciudad de las Siete Colinas' no es apta para aquellos que son fanáticos religiosos, pero sí para aquellos que quieren ...