Título: La Titanomaquia.
Autor: Eduardo García.
Año: 2020.
Capítulo: "El crimen de Metis".
Capítulo anterior: "El monte Olimpo".
CAPÍTULO VI
"EL CRIMEN DE METIS"
Si algo caracterizaba al rey de los dioses, Zeus, era su fascinación por las mujeres, eran simplemente irresistibles a su vista, una característica que comparten tanto hombres como dioses, después de la batalla contra los titanes y la repartición del mundo, el dios del rayo se sintió enormemente atraído por la bella titánide Metis que era hija del titán Océano y la titánide Tetis, ninguno de estos dos fueron castigados por Zeus ya que ambos se mantuvieron neutrales durante la gran batalla, incluso, sin la ayuda de Océano hubiera sido una tarea mucho más complicada que Cronos liberara al resto de los dioses olímpicos que hasta ese momento estaban presos en el interior del titán.
Al ser hija del titán Océano, Metis es considerada como una de las océanides, que son relacionadas con los cuerpos de agua que van desde las simples fuentes o estanques hasta los ríos y lagos, existen más de tres mil de éstas, siendo Metis una de las más antiguas que existieron.
Metis poseía un don relevante, la prudencia, de hecho, el nombre “Metis” significa precisamente eso, la prudencia fue el atractivo más relevante de la titánide que fue la primera esposa y amante de Zeus, que tenía además el don de la metamorfosis, cuando Zeus andaba espiándola y rondándola, ella se transformaba en diversas formas para alejar al dios y evitar tener cualquier tipo de contacto con él.
Zeus estaba perdidamente enamorado de la joven, bella, talentosa y poderosa titánide, finalmente se unieron y, cuando Metis se encontraba embarazada, Zeus recibió una terrible revelación, sus abuelos, la madre tierra, Gea, y el dios del cielo, Urano, le profetizaron que él sería traicionado y usurpado por un hijo suyo, temeroso de correr el mismo destino que su padre y su abuelo, Zeus decidió cometer una verdadera barbarie aun para aquellos lejanos tiempos, devoró a su amante aprisionándola dentro de él, así como Cronos, su padre, había devorado a sus hermanos, al ser una divinidad, Metis no murió, sino que permanecería para siempre dentro de su esposo aun y estando embarazada de su primogénito.
Al haber devorado a su propia esposa que era la personificación de la prudencia y la metamorfosis, Zeus se hizo un dios mucho más sabio y menos impulsivo, también adquirió el don de la metamorfosis que sería una herramienta muy útil para que el dios del rayo engendrara al resto de sus hijos, un nuevo Zeus había nacido, uno que sería un mejor gobernante al tener los dones de su esposa que nunca volvería a ver la luz del Sol, pero no así su hija, la diosa Atenea que vendría a cambiar las cosas en el Monte Olimpo, su morada.
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