Título: Los Pilares de Heracles.
Autor: Eduardo García.
Año: 2020.
Capítulo: "El señor de los mares".
Capítulo anterior: "Critias".
Tienda: Los Pilares de Heracles.
CAPÍTULO DOS
"EL SEÑOR DE LOS MARES"
La Titanomaquia fue una guerra sinigual en la mitología griega, los dioses olímpicos, liderados por Zeus, combatieron a los tiránicos titanes, comandados por Cronos, el padre de los dioses olímpicos, después de la guerra, los dioses se repartieron el mundo, Zeus se apoderó del cielo, Hades del Inframundo y Poseidón de los mares, entre los dominios del dios estaba la isla de la Atlántida, pero, el dios tendría una relación mucho más estrecha con la isla.
Poseidón se enamoró de Clito, la madre de todos los atlantes, con ella engendró a diez hijos, cada uno tenía su propio reino dentro de la isla, al mayor de ellos le dio la soberanía de la isla central, su nombre era Atlante, en otras versiones su nombre era Atlas, de ahí surgió el nombre de la Atlántida, y posteriormente, el del océano Atlántico, para proteger a su amante e hijos, Poseidón habría creado una geografía muy especial para la isla convirtiéndola en un lugar completamente inaccesible para los extranjeros que quisieran ocasionarles un daño a los atlantes.
Cuentan las lenguas que su prosperidad, abundancia y conocimiento era debido a que este pueblo estaba siempre en comunión con los dioses del Olimpo, especialmente con su protector, el dios Poseidón, a diferencia de las demás, para esta sociedad no existían los secretos, su verdadera riqueza no eran los bienes materiales, las joyas ni los metales preciosos, nada de eso, la verdadera riqueza de la Atlántida era su conocimiento, lo que más le llama la atención a los investigadores de todo el Mundo y todos los tiempos.
En un principio, la prioridad de la sociedad atlante sería única y exclusivamente el conocimiento, lo que los habría distinguido de las demás civilizaciones de la antigüedad que vivían para morir en las guerras, cosa que no tenía cabida en la Atlántida que estaba más concentrada en el conocimiento científico, lo que les hizo ganarse el beneplácito de los dioses olímpicos.
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